martes, 25 de diciembre de 2012

Son épocas de grandes declaraciones de afecto y amor. Épocas de treguas, de paz interior. Cristianos y ateos, en la misma sintonía, muy loco de pensarlo, teniendo en cuenta el significado intrínseco de la "NAVIDAD".
De algún sitio ha de venir tanto espíritu navideño pues existe desde antes que la publicidad, la luz eléctrica, los celulares y Twitter, y siempre con tono entrañable y festivo.
Son épocas de balances, de miradas soslayadas al pasado, de promesas volátiles de un futuro con cambio de rumbo, pero no me olvido q seguimos dentro de “La Caverna del Mito” de una sociedad, q no se anima a salir y ver q hay algo más allá de las sombras chinescas q nos proyectan, pero Platón soñó al individuo q escapa, q sale de la Caverna y ve entre flashes q le produce la luz, un nuevo mundo , distinto, lleno de grandeza, y q duda de cuando regrese a La Cueva y le cuente al resto, puedan llegar a creerle.
Como sea, y deba, me llamo al silencio de los días de recogimiento, silencio de palabras y letras escritas, pero no de sueños ni ideas sin horizonte.
Los quiero a todos y cada uno, bendiciones y mis mejores deseos de una Santa Navidad.
Sepan disculpar mi filosofía rupestre.