En enero de 2018 el Papa Francisco, Bergoglio como elegí llamarlo, realizó una visita a Chile.
Permaneció allí desde el 15 hasta el 18 de enero para luego trasladarse a Perú.
Por supuesto aprovechó para dar su golpe certero al Gobierno de Mauricio Macri, al no incluir a la Argentina en ésta, su segunda gira por tierras latinoamericanas.
En ese momento supimos que Macri suspendió su viaje a Chile, porque Francisco no lo recibiría.
Bergoglio si tenía prevista en su periplo por Chile una misa, en la localidad de Temuco, en el sur chileno, donde rezaría con representantes de la comunidad mapuche, en un momento álgido con las heridas aún abiertas de la Operación Maldonado, que había intentado escorar al gobierno .
Para compartir esa Misa las organizaciones sociales argentinas, encabezadas por Juan Grabois, dirigente de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), un hombre de confianza del Papa viajaron a Temuco.
Juan Grabois el mismo que fue nombrado por Bergoglio como asesor del Consejo Pontificio de Justicia y Paz del Vaticano, encargado de la organización de los “Encuentros de los Movimientos Populares”.
Grabois no fue solo, lo acompañaron miembros del “Tridente de San Cayetano" o Triunvirato, conformado por la CTEP, Barrios de Pie y la Corriente Clasista y Combativa (CCC).
Los mismos que tienen a cargo el manejo de los mercados solidarios del Ministerio de desarrollo Social dirigido por Carolina Stanley.
Se fletaron 15 colectivos con alrededor de 700 hombres y mujeres militantes que asistieron al oficio religioso. Además de Grabois, estaban tambien , Daniel Menéndez (Barrios de Pie), Esteban “Gringo” Castro CTEP, Rubén Portas CCC, y Gildo Onorato, del Movimiento Evita.
Quién pagó los viajes?
Luego de la Misa, Grabois fue invitado detrás del altar para reunirse con Bergoglio.
El Papa peronista y su injerencia en la política populista de LATAM, es un peligro adyacente.
Alejandra M.B
@desdemona_jna
