jueves, 28 de mayo de 2020

La Falsa Ruta Vaticana de Sonnante el farsante




En enero del 2019 apareció una publicación de @EiExpedienteCol y @GustavoRugeles  sobre unas supuestas cuentas bancarias del IOR del Vaticano que implicaban a Juan Manuel Santos, una hija de Chávez, Evo Morales, Diosdado Cabello, Nicolás Maduro y demás tiranuelos latinoamericanos. 

Se trataba de supuestamente cientos de millones de euros que cada uno de ellos había escondido en una cuenta bancaria del IOR y un supuesto diácono argentino Jorge Sonnante había descubierto la situación habiendo sido también testigo del envío de unas cajas supuestamente del CICR llenas de millones de dólares que Cristina Fernández había enviado al Papa Francisco.

Lo primero que se me vino a la mente fue "esto es demasiado maravilloso y fantástico para que sea cierto". Después de años exigiendo justicia contra estos delincuentes que abusaron del poder en Venezuela, Colombia, Nicaragua, Bolivia, Argentina, Ecuador y Cuba, apareció esta noticia "bomba" que prometía acabar con todos estos mafiosos de un tajo, y de ñapa echaba un baldado de agua fría sobre el indeseable de Bergoglio que tiene al papado hecho una oficina de relaciones públicas de cuanto politiquero socialista merodee por América Latina.

Bueno, ¿pero es que los mafiosos de tantos países se ponen de acuerdo para esconder su botín todos en el mismo canasto? De lo que entiendo sobre las mafias, éstas no actúan de ese modo cuando tienen un alcance internacional, así que la duda me hizo detallar el tuit de El Expediente y puse atención a los números de cuenta y sus supuestos titulares:

 “Juan M. Santos” 001-3-16764 “Inc. Global Tuition & Education Insurance Corporation”, “Cristina F. Kirchner” 001-3-14774-C “Soleil Overseas Holding Ltd.”, “María G. Chávez” 001-3-14577 HSBC, Nicolás Maduro 001-3-15924 “Gems Finance Limited”. Supuestamente las instituciones a través de las cuales se manejaban las cuentas de esta gente. En este punto la noticia llevaba apenas 12 horas de publicada, así que cuando hice una búsqueda en Google de los números de cuenta, la publicación de El Expediente y sus duplicados todavía no estaban indexados. En cambio sí estaba indexada la página 664 del libro God’s Bankers





Lo primero que noté es que este libro de Gerald Posner fue publicado en el 2015 (atención al año, 2015) y trata de casos de lavado de dinero de organizaciones investigadas desde hace años y TODAS las cuentas mencionadas por El Expediente aparecían listadas juntas pero sin ninguna mención sobre algún político latinoamericano vinculado a ellas.

Por ejemplo: la cuenta supuesta de Santos estaba a nombre de la Augustus Louis Jonas Foundation, y la de Kirchner a nombre de la Cardinal Francis Spellman Foundation. De hecho la vista en PDF del libro permite hacer búsqueda de palabras clave, y buscando “Juan Manuel Santos” o “Evo Morales”, o “Kirchner”, o “tuition & education insurance”, “soleil overseas”, etc., no aparece ninguna mención en todo el libro. Ahí es donde mi duda comenzó a hacerse sólida y vi esta publicación como un caso de fakenews. ¿Por qué todas las cuentas aparecían mencionadas en un libro que ya tenía varios años de existencia, pero bajo nombres totalmente distintos y sin ningún vínculo con estos personajes latinoamericanos? Era extraño pero tenía que haber más, así que seguí analizando los datos y documentos publicados por El Expediente y su fuente, el supuesto diácono Sonnante, a quien ya había visto en un extraño video declarando haber sido testigo de las cajas de dinero de la CICR enviados al Vaticano, solo que a pesar de la solemnidad con que él declaraba todo esto, el video ya había sido identificado como perteneciente a un contrabando de dinero en cajas falsas de la CICR atribuido a algún país árabe o a Brasil según la fuente, pero todo esto fue previo a la declaración de Sonnante. 

Y mientras advertía otros detalles, encuentro a @desdemona_jna quien ya llevaba un trabajo bastante extenso desde Argentina desenmascarando a la “fuente” de El Expediente.

¿Entonces por qué un medio que en Colombia ha hecho algunas investigaciones interesantes sobre delitos cometidos por la izquierda terminó comprando un fakenews tan grande como evidente? La única explicación que tengo fue la invitación que hizo el lamentable terraplanista conspiranoico @GiuseppeNoc a @GustavoRugeles de promover las fábulas de Sonnante, y el asunto desde ese punto llegó mucho más lejos de lo que debía una vez que se lanzaron al agua con la “noticia bomba”.

Así me uno a la campaña de Desdémona por desenmascarar a la fuente fraudulenta de El Expediente, y voy conociendo más detalles sobre Sonnante, que no es el diácono que dice ser, que ha estado metido en cantidad de líos por cheques sin fondo y constantes montajes con documentos y hasta fotos, y todo tipo de publicaciones falsas hábilmente basadas en noticias reales pero modificadas a su conveniencia para incluirse como testigo estrella o protagonista, como pasó con las cuentas bancarias del IOR que partieron de un caso real pero que él usó para cambiar a los dueños de las cuentas y desde allí montar una fábula donde él queda como “héroe”, todo un homenaje al narcisismo y la megalomanía.

Meses después, en octubre del 2019, El Expediente en su insistencia en justificar el fakenews que le compró a Sonnante publica unas entrevistas hechas por @herbinhoyos donde le pregunta lo primero que yo noté: por qué la inconsistencia entre los dueños de las cuentas en el IOR y otras organizaciones que no tienen nada que ver con América Latina ni ningún político latinoamericano.


(Video # 2, minuto 2:02):
HH: ¿Por qué coinciden los números de cuentas de la publicación del informe del instituto del Vaticano con los números de cuentas que usted entrega, que usted ha mostrado? ¿Por qué coinciden esas cuentas que para ese informe estaban a nombre de mafiosos y de otras personas que el mismo IOR denunció y usted ya aquí las presenta con otros nombres?
JS: Sí, la verdad es algo importante, porque las cuentas se van renovando y se van cambiando el nombre para que no sean rastreadas.
HH: ¿Pero conservan el mismo número?
JS: Conservan el mismo número.
HH: O sea, ¿no tienen creatividad para cambiar el número de cuenta?
JS: Porque hay un número total de cuentas que hubo que eran un poco más de 19000 cuentas y en el 2014 se bajó a 14000 cuentas.
HH: ¿O sea que yo pude haber tenido una cuenta en el banco del Vaticano a mi nombre, me la quitan, y ese número se lo asignan a otra persona?
JS: Claro, cuando la persona ya no tiene más esa cuenta o no reclama más esa cuenta porque murió o era un mafioso y tenía esa cuenta en los años 70, 60 u 80, esa cuenta tiene dinero todavía. Va a una cuenta maestra ese dinero, y esa cuenta se le da a otro cliente.
HH: Pero bueno, eso es muy peligroso, porque imagínese haber tenido una cuenta en el banco del Vaticano que antes estuvo a nombre de uno de la mafia siciliana y después que la tenga un cardenal que no tenga nada que ver que sea limpio, honesto y transparente.
JS: ¿Qué pasa? La información es que esas cuentas que tiene eran secretas hasta el año pasado (2018). Ni la Reserva Federal de los Estados Unidos sabía qué números tenían de cuenta un mafioso en el IOR. Entonces ese era el privilegio que tenían los que introducían sus dineros en el banco del Vaticano.


Así es como Sonnante contesta a la gran pregunta: ¿Por qué los números de cuenta investigados en el IOR en un caso REAL y publicados en el libro God’s Bankers en el 2015 aparecen en su “denuncia” contra políticos latinoamericanos tres años después, 2018? Pero lo que contesta tiene al menos dos enormes fallas:


Primero, ¿es cierto que un número de cuenta antiguamente vinculado a la mafia sea asignado a un nuevo cliente del banco años después? Para empezar, aunque esto es físicamente posible y algunos bancos lo hacen cuando tienen un número limitado de cuentas, ¿qué posibilidades hay de que de entre miles de cuentas en el IOR, justamente TODAS las contenidas en el mismo párrafo de God’s Bankers en la página 664 a nombre de presuntos mafiosos investigados, terminaran siendo las mismas reasignadas años después, uno a uno, a cada pillo, tiranuelo, heredera o lugarteniente de este club de hampones del populismo latinoamericano?
Segundo: ¿cualquier particular puede abrir una cuenta en el IOR? Aquí hay otro problema, porque el IOR solo permite cuentas para empleados del Vaticano e instituciones católicas. Eso no me suena a que Santos, la hija de Chávez, Morales, Kirchner, Cabello o Maduro estén incluidos en esa lista.


A partir de aquí Sonnante comienza a añadir personajes populistas latinoamericanos a su fábula del IOR, y en el caso de Bachelet pasa algo hasta chistoso: 

Inicialmente Sonnante publica un documento híbrido entre la Nunciatura Apostólica en Chile y el IOR a nombre de Michelle Bachelet donde una columna “Número de cuenta” aparece mal escrita como “Nuemro  de cuenta”. Algunos chilenos al notar esta falla se burlan de Sonnante y al “genio” no se le ocurre nada más astuto que volver a publicar el mismo documento CORREGIDO y diciendo que “lo hackearon”. Y claro, al hacker no se le pasó por la mente mejor idea que simplemente escribirle mal una palabra pudiendo haber alterado el monto total del saldo de 206 millones de euros, el número de la cuenta o algo más relevante que el título de una columna.






Esto es lo que describe toda la fábula de Jorge Sonnante sobre las supuestas cuentas en el IOR, una fantasía basada en datos verídicos pero modificados y adaptados en una versión conspiranoica y falsa donde él se inserta como héroe para engañar a toda la derecha latinoamericana ansiosa de ver caer a sus enemigos. Aquí es donde tenemos que diferenciarnos los seguidores de la verdad y los fanáticos que solo persiguen ilusiones y compran humo porque creen que el mundo funciona a base de escándalos fáciles y no de hechos probados con trabajo y dedicación.


Diegoth



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